A todo hombre se le ha dado un secreto en su corazón que le hace grande por un lado y solitario por otro. Todo hombre tiene una misión única e intransferible, distinta a la de los otros hombres y que, por lo tanto, no encuentra en ellos ninguna protección y ninguna garantía.
Satán atacó en Jesús
esta pobreza: "sé como todos, como nosotros... vive también de pan, de
riqueza, de adoración al mundo... como todos nosotros..."
También cada uno de
nosotros se hallará tentado contra esta forma de pobreza, se le exigirá
renunciar a la misteriosa unicidad de su existencia, atenerse a lo que
"se" hace, traicionar con ello la propia misión. La definitiva
fidelidad a un hombre, un amor valiente y arriesgado, la inquebrantable
voluntad de justicia, una simple conciencia de deber... todo esto puede
constituir la unicidad misional de nuestra vida.
Me edentifico con este mensaje y reconosco que la tentacion es grande en nuestra vida, pero Dios es siempre presente para sostenernos con su amor y su FIDELIDAD.
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