“Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos”.
LA POBREZA EN ESPÍRITU
NO ES ASUNTO DE PERSONALIDAD
- Cuando estamos hablando de esta Bienaventuranza, es evidente que tenemos que reconocer cuan equivocados estamos al pensar en esta primera e indispensable cualidad del creyente que hereda el reino de los cielos.
- Es verdaderamente triste pensar, en la confusión que existe dentro del mundo, y principalmente es lamentable verlo también dentro de las iglesias cristianas de hoy, cuando vemos que se mide a cada individuo por su fortaleza en espíritu y no por su debilidad o pobreza en espíritu.
- Estamos hablando de aquella tendencia de valorar la seguridad, agresividad y apariencia física de un líder como la cualidad esencial para su triunfo, cuando entendemos que la humildad es la base de la pobreza en espíritu.
ES ASUNTO DE HUMILDAD
1. La humildad es la
base de la pobreza en espíritu, es la cualidad que nos lleva a comprender, que
con nuestras propias fuerzas no podemos ser ni hacer nada. Jesús mismo dijo:
“…porque separados de mí nada podéis hacer” (Jn. 15:5b).
2. El apóstol Pablo
declaró asimismo en 1 Corintios 2:1-2: “Así que, hermanos, cuando fui a
vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de
palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna
sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad,
y mucho temor y temblor”. Lo que nos indica cuanta dependencia del Espíritu
había en Pablo.
3. No permitamos que
nadie cambie nuestros valores espirituales, entendamos que aquel que es pobre
en espíritu no tiene por qué avergonzarse de manifestarlo, para ser aceptado en
un mundo corrupto y mundano como el que vivimos, sino que más bien sea como
Dios lo demanda y se asegure que tendrá la bendición de Dios.
Humildad, humildad por sobre todas las cosas, sin humildad no hay nada...me encanta hermanita, gracias por compartir.
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