“Una vez más les digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” (Mateo 19:24).
Jesús mismo varios capítulos más adelante en este mismo Evangelio de Mateo volvió a enfatizar que era prácticamente imposible que un rico entrara en el reino de Dios, esto es, que habitara en el Cielo por la eternidad a su lado. Entonces, ¿los millonarios no irán al Cielo? Jesucristo no estaba hablando de riquezas materiales sino espirituales.
Los ricos a los que el Evangelio hace referencia son aquellos que ya tienen lo que creen que necesitan, aquellos que creen que no necesitan a Dios ni mucho menos la Biblia, son quienes consideran que su esfuerzo personal, su capacidad de negociación o la fortuna de la vida están detrás de su prosperidad, su estabilidad y su felicidad temporal.
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