Entonces el hombre gritó: ¡Dios, muéstrame un milagro! y en ese minuto nació un bebé. Pero el hombre no lo supo.
Luego el hombre pide a gritos, en desesperación:
¡Tócame Dios y hazme saber que estás aquí!. Dicho
esto, Dios bajo y tocó al hombre, pero éste espantó a la mariposa que volaba a su alrededor y continuó caminando.
No te pierdas de una bendición sólo porque no viene
envuelta del modo en que tú
esperas.
DIOS CON NOSOTROS LOS POBRESLa actitud lo es todo!!! Los amigos son ángeles que levantan nuestros pies de la tierra, cuando nuestras a las han olvidado cómo volar.